
4 años ago · Centro Maracuýa · 0 comments
Las rabietas de los niños: cuando no funciona nada
Cuando los padres han leído sobre cómo entender y manejar las rabietas de sus hijos, han consultado a su pediatra, les han aconsejado en el centro escolar, etc. y parece que nada funciona, que las rabietas de su hijo son diferentes, hemos de plantearnos dos posibilidades:
- Que como padres se esté entendiendo o respondiendo de modo equivocado: será de gran ayuda consultar con un psicólogo infantil.
- Que las rabietas no sean evolutivas, sino que respondan a alguna problemática particular, más allá del desarrollo normotípico.
En este pequeño artículo me voy a centrar en el segundo tipo: las rabietas que no son evolutivas.
Características de las rabietas no evolutivas
En las rabietas no evolutivas se produce un desconcierto en los padres ante la falta de explicación del motivo que ha generado tanto enfado y desconsuelo en su hijo. No es la típica sensación de que el niño responde con un comportamiento indeseable pero se puede entender qué le ha pasado, sino que no se entiende qué ha ocurrido en el entorno para modificar su estado de ánimo de forma tan abrupta.
En otros casos, los padres detectan qué le produce semejante disgusto, pero no se explican por qué algo “neutro”, como un vaso de un color concreto, por ejemplo, puede provocarle tanta insatisfacción. Esto es lo que llamamos desproporción en la rabieta.
La desproporción en la rabieta refleja una desproporción en la emoción del niño frente a una realidad dada
También puede suceder que la desesperación de los padres venga porque no hay forma de consolar a su hijo y éste puede estar disgustado durante tiempos muy largos. El niño no conecta con ninguno de los ofrecimientos que se le hacen: se le traduce lo que le sucede, se le deja su espacio manteniéndose a su lado, se le ofrece un vasito de agua, incluso se le trata de distraer con algo que le gusta…sin embargo, él parece que sigue conectado exclusivamente con su mundo interno de aturdimiento.
¿Qué puede estar pasando?
Sólo voy a nombrar algunas de las causas que encontramos en la consulta tras este tipo de rabietas:
- Hipersensibilidad: niños excesivamente sensibles en relación a alguno de los 5 sentidos. Niños que les molesta mucho el ruido o la luz, por ejemplo.
- Rigidez excesiva: cuando los demás no hacen las cosas como él quiere, o le desordenan sus cosas, o no se hacen en el orden que él querría…entonces, no soporta la frustración y se enfada.
- Falta de comprensión: niños que, de forma habitual, se encuentran en situaciones con compañeros que no entienden. No comprenden la intención de broma, por ejemplo, y acaban enfadándose con el otro niño.
- Puede que, el niño, a través de las rabietas, esté expresando algún conflicto que existe en su entorno. Podría tratarse de problemas entre sus padres, que son las figuras de autoridad. O podría tratarse de algún incidente de tipo traumático que le haya sucedido dentro o fuera del entorno familiar.
Quiero alertar a los padres que observéis cambios en la conducta de vuestros hijos de forma abrupta
Niños que, de repente, empiezan a tener rabietas cuando antes eran muy raras; o aumenta significativamente la frecuencia de éstas, su intensidad, el número de contextos en los que se da (casa, colegio, calle…) o la cualidad de la rabieta (de pronto, empieza a no ser consolable). En estos casos es urgente consultar con un profesional cualificado.
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